Ciudad del Vaticano, 15 feb (EFE).- El Papa se reunió hoy por tercera vez en el Vaticano con los obispos de Irlanda para tomar medidas contra los casos de abusos cometidos durante años a menores por curas católicos en ese país, hechos que le tiene "muy preocupado", según dijo el primado irlandés, Sean Brady. La reunión se prolongará también mañana es posible que en ella Benedicto XVI de a los prelados la carta que prometió a los fieles católicos irlandeses el pasado mes de diciembre, en la que les indicará "claramente", según dijo, las iniciativas adoptadas para responder a la situación.
La carta podría ser ya leída el próximo Miércoles de Ceniza en las iglesias irlandesas, según señalaron fuentes vaticanas.
A la reunión de hoy asistieron el cardenal arzobispo de Armagh y primado de Irlanda, Sean Brady, y el arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin.
Por parte del Vaticano lo hicieron, además del Papa, el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, los purpurados Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos, y Williams Joseph Nevada, prefecto para la Doctrina de la Fe, y el arzobispo Francesco Coccopalmeiro, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos.
La reunión se celebró a puerta cerrada y no se espera que el Vaticano informe de la misma hasta mañana, una vez concluida.
La cita comenzó con una misa oficiada por Bertone en las Grutas Vaticanas, en la que el "número dos" de la Santa Sede dijo que es necesario que los curas pederastas "reconozcan sus culpas, ya que de las pruebas puede llegar la renovación interior".
El purpurado agregó que las tormentas dan miedo, "sobre todo aquellas que sacuden la barca de la Iglesia por culpa de los pecados de sus miembros", pero precisó que de esas tormentas puede llegar la "gracia de la conversión y una fe más grande".
El cardenal, no obstante, agregó que la tormenta "más peligrosa es la que toca los corazones de los creyentes, sacude su fe y amenaza su capacidad de confiar en Dios".
Brady agregó que este encuentro ha sido "muy preparado" y es un "paso más de un largo camino". Asimismo expresó su deseo de que dé paso "a un proceso de arrepentimiento, renovación y reconciliación para el bien de todos".
El cardenal agregó que el objetivo del Vaticano y de la Iglesia irlandesa es "la tutela de los niños".
La reunión de hoy es la continuación de las celebradas los pasados meses de junio y diciembre en el Vaticano, en las que el Papa reiteró su "tolerancia cero" para estos casos, en la misma línea que ya adoptó con hechos similares en EEUU y Australia.
La primera reunión se produjo tras conocerse el Informe Ryan, que desveló que miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas en instituciones estatales regentadas por religiosos de Irlanda durante casi 70 años.
La segunda fue tras conocerse el informe Murphy, que sacó a la luz que durante los últimos 30 años por lo menos 400 niños fueron víctimas de abusos cometidos por 46 sacerdotes de la archidiócesis de Dublín.
Tras conocer este nuevo caso, el Papa dijo sentirse "asolado y angustiado" y que compartía con los fieles irlandeses la "indignación, la traición y la vergüenza" por esos delitos sexuales cometidos durante años.
Benedicto XVI expresó "una vez más" su profundo pesar por las acciones de algunos miembros del clero, "que han traicionado sus solemnes promesas a Dios así como la confianza depositada en ellos por las víctimas y sus familias y por la sociedad en general", precisó el comunicado.
El Obispo de Roma calificó de "crímenes atroces" los abusos contra los menores.
Por estos escándalos ya han dimitido cuatro obispos irlandeses, entre ellos el de Cloyne, John Magee, al conocerse que retrasó las investigaciones sobre presuntos casos de pederastia denunciados en su diócesis.
Magee fue secretario privado de los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.
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