martes, 16 de marzo de 2010

Dominicana e hijo acusados de estafa hipotecaria por US $2 millones

Una dominicana propietaria de un restaurante-cabaret en Queens, que ganó notoriedad mundial por el asesinato en sus proximidades del afro americano Sean Bell y su hijo, fueron acusados de una estafa hipotecaria por $2 millones de dólares. Los imputados fueron identificados por la fiscalía como Martina Durán de 57 años y Roger Arias de 36 y quienes, acorde con el expediente, utilizaron identidades de muertos y ancianos, para comprar y vender tres propiedades.

Uno de los nombres falsos usados por los supuestos estafadores, pertenece a una anciana residente en Santo Domingo y quien nunca ha puesto un pie en Estados Unidos, dijeron los fiscales.

A la señora Durán se le acusa de embolsillarse $250 mil dólares de la venta de una casa situada en el Sur del sector de Ozone Par en Queens por valor de $500 mil dólares.

El fiscal de distrito Richard Brown, advirtió que ese tipo de delito financiero tiene consecuencias en la vida real y nunca será tolerado por las autoridades neoyorquinas.

La mujer se jactó ante los investigadores de que tenía más de 1 millón de dólares en activos en bancos de la República Dominicana y cuando iba de visita se hacía acompañar por guardias armados con los que andaba todo el país. Ella y su hijo, también son investigados por promover y traficar con prostirución.

La mujer y su hijo fueron dejados en libertad con una fianza de $250 mil dólares por cabeza y deberán regresar a la corte para enfrentar los cargos.

El bar-cabaret Kalua, consiguió fama nacional e internacional, cuando cinco policías encubiertos mataron al afro americano Sean Bell e hirieron gravemente a dos amigos del muerto, después que los tres salieran del establecimiento donde amanecieron celebrando la despedida de soltero de la víctima, que se casaría ese mismo día en la noche.

Los encubiertos anti narcóticos que en el momento dijeron que investigaban a narcotraficantes asiduos al club de striptease, fueron absueltos de asesinato por un juez que los enjuició. Ahora, enfrentan una investigación federal por violación de derechos civiles y la ciudad una demanda multimillonaria.

COMIENSA SENSO EN ESTADOS UNIDOS SIN LOS DOMINICANOS

Arrancó ayer lunes 15 de marzo la distribución en su primera fase de más de 120 millones de formularios del Censo 2010 de los Estados Unidos, en el que se excluye a los dominicanos. Los formularios, en inglés y español no tienen impresa la palabra “DOMINICANOS” en ninguna de las casillas que se refieren al aspecto étnico o racial a pesar de que algunos funcionarios criollos, inclusive, el embajador en Washington Roberto Saladín, habían dicho lo contrario el año pasado.

Amplios sectores de la comunidad se han quejado de sus concejales y asambleístas, por no haber hecho lo suficiente para que el gobierno tomara en cuenta a los dominicanos y dominicanas, situación que ocurrió también hace 10 años, en el censo del 2010.

Los oficiales electos y directores ejecutivos de algunas instituciones comunitarias habían prometido que el término “DOMINICANO” aparecería oficialmente, acorde con las promesas hechas a ellos por congresistas como Charles Rangel, la senadora Kirsten Gillibrand y funcionarios federales, pero nueva vez, todo se quedó en palabras.

A diferencia de los puertorriqueños, cubanos y mexicanos, los dominicanos figuran en la casilla “otros hispanos” y activistas comunitarios llaman a que se marque “DOMINICANO” a lapicero y en letras mayúsculas para recordar a las autoridades en Washington, que existimos como tales.

El conteo que se hace cada 10 años, determinará la composición del congreso y sus resultados establecerán cuantos legisladores corresponderán a cada estado, además de la repartición de más de $400 millones de dólares en fondos federales.

Robert Groves, director del Buró Federal del Censo, dejó iniciado oficialmente el conteo durante una ceremonia celebrada en Washington. Los formularios comenzaron a ser enviados por correo, pero brigadas integradas por miles de promotores, motivarán a los ciudadanos a llenarlos.

Se pidió a los inmigrantes indocumentados, sumarse al escarceo poblacional y a no temer por su estatus legal, que no será investigado por autoridades federales. Más de 13 millones de hogares recibirán el cuestionario bilingüe que contiene sólo 10 preguntas y toma unos 10 minutos en ser respondido.

En enero del 2009, se inició la campaña nacional de publicidad sobre el censo en 28 idiomas con un costo de $133 millones de dólares. El Buró Federal del Censo fue fundado en 1790 y es la vigésima tercera vez que hace el conteo oficial a los residentes en los Estados Unidos.