jueves, 22 de abril de 2010

Benedicto XVI acepta la dimisión de un tercer obispo irlandés por el escándalo de los abusos


El Papa Benedicto XVI ha aceptado la renuncia presentada por el obispo irlandés James Moriarty como consecuencia del escándalo de los abusos sexuales a menores en la Iglesia católica de Irlanda, ha anunciado hoy el Vaticano. Con Moriarty, son ya tres los obispos irlandeses que han abandonado su cargo por los casos de pederastia.

Moriarty presentó su dimisión en diciembre pasado después de que figurara en un informe oficial entre los responsables de la archidiócesis de Dublin que ocultaron abusos a niños a manos de sacerdotes durante 30 años. Moriarty fue obispo auxiliar de Dublín durante 11 años hasta que fue designado obispo de Kildare y Leighlin en 2002. En un comunicado, el ya ex obispo señala que formó parte de la jerarquía eclesiástica dublinesa "antes de que medidas de protección a la infancia fueran implementadas". "Acepto que, cuando me convertí en obispo auxiliar [de Dublín], debería haber desafiado la cultura imperante", afirma. "Pido disculpas a las víctimas y a sus familiares", agrega.

A finales de marzo, Joseph Ratzinger aceptó la dimisión de otro obispo irlandés, John Magee, de 74 años y ex secretario de los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. Magee había presentado su dimisión un año antes, tras ser acusado en 2008 de encubrir casos de pederastia en la diócesis de Cloyne. Se limitó, presuntamente, a trasladar a los dos sacerdotes denunciados por abusos. En diciembre de 2009, Ratzinger aceptaba la renuncia de Dónal Brendan Murray, ex obispo de Limerick (oeste de Irlanda), quien, como Moriarty, habría ignorado y encubierto los casos de pederastia cuando era obispo auxiliar de la archidiócesis de Dublín. Otros dos obispos, Raymond Field y Eamonn Walsh, han presentado su dimisión al Papa, que aún no se ha pronunciado al respecto.

El cardenal Séan Brady, primado de Irlanda, soporta una gran presión para renunciar al cargo pues también aparece envuelto en el escándalo de los abusos. Sin embargo, se niega a dimitir a pesar de que tres personas que sufrieron abusos le han pedido que deje el cargo por su participación directa en el encubrimiento de un sacerdote pederasta en los años setenta. Brady era sacerdote y maestro de una escuela de Kilmore cuando recibió el encargo de entrevistar a dos de las víctimas. Los niños aceptaron un pacto de silencio y el caso nunca llegó a oídos de la policía.

Los escándalos denunciados por los informes Ryan y Murphy han empujado a Benedicto XVI a publicar una carta pastoral a los católicos de Irlanda. En los últimos años, la Iglesia católica de este país ha sido acusada de encubrir abusos a 35.000 niños ocurridos entre los años 50 y 80.

En Alemania, el obispo de Augsburgo, Walter Mixa, ha ofrecido hoy su dimisión al Papa tras admitir que cuando era párroco en una pequeña localidad alemana castigó de manera continuada a los menores. Él reconoce que dio algunas bofetadas pero varios afectados aseguran que propinaba palizas. El religioso rechazó las acusaciones inicialmente pero se ha visto empujado a admitir públicamente su responsabilidad después de que el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, le recomendara que renunciara al cargo.

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