La aprobación en 2005 de la ley que permite en España el matrimonio entre personas del mismo sexo -este mismo mes se ha sumado también Argentina- llevó a la Academia a plantearse "la necesidad de modificar el significado de la palabra "matrimonio" para reflejar "esa realidad que la ley ha propiciado".
Pero, como sucede con cualquier incorporación que se hace al Diccionario, el proceso es complejo.
Los propios académicos "captaron la necesidad" de incluir la acepción de "matrimonio homosexual", y, a partir de ahí, el Instituto de Lexicografía comenzó "el estudio documental de las fuentes que acreditan que esa acepción tiene su sentido", explica Villanueva.
"La Academia no legisla, no crea realidades. Simplemente introduce en el Diccionario acepciones y términos que están en el lenguaje. No emite en relación a ellos ningún juicio de valor, actúa con la más absoluta de las objetividades", pero teniendo en cuenta que cualquier decisión "afecta a una comunidad de 450 millones de personas", dice con énfasis el secretario.
Pero en el Diccionario todo tiene que ser consensuado con las 21 Academias de la Lengua Española restantes, y la inclusión de "matrimonio homosexual" debe ser "visada" por ellas porque "no en todos los países existe la misma legislación".
Lo más que puede pasar es que esa acepción figure con una marca que haga referencia al país o países donde se utiliza, pero, de una forma u otra, "matrimonio homosexual" aparecerá "sin duda en la próxima edición del Diccionario".
Entre las novedades que ya se pueden consultar en la página electrónica del Diccionario hay muchas que sólo consisten en pequeñas modificaciones de términos ya existentes, y a ese grupo pertenece la voz "pederastia". La acepción de "sodomía" que figuraba hasta ahora al definir esa palabra se sustituye por "práctica del coito anal".
También se define pederastia como "inclinación erótica hacia los niños" y "abuso sexual cometido con los niños".
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